¿Por qué tocar este tema? Porque hay mucha confusión en el pueblo de Dios. Las confusión se relaciona al cómo y cuándo Dios disciplina, si lo hace o no; y si lo hace, ¿lo hace a través de otras personas o directamente? Me recuerda el refrán puertorriqueño que nos decían cuando chicos: “Acuérdate que Dios castiga sin vara y sin fuete.” Como diciendo que Dios no necesita mediadores y que de seguro verás su castigo (palabra con una connotación bastante violenta) tarde o temprano. ¿Es así Dios o porque Dios es amor el no castiga a nadie? ¿Castiga Dios o disciplina? ¿Es lo mismo? Me parece ya lo puse a pensar y eso es importante que active sus neuronas y que están se iluminan con la luz de la revelación de la Palabra de Dios. Así que buscando traer luz, estaremos haciendo una serie de enseñanzas acerca del tema en nuestro BLOG al cual te invitamos a subscribirte y así las recibes a tu email.
Lo primero que tenemos que hacer cuando tocamos cualquier tema de la Biblia es conocer las palabras griegas y hebreas que se usaron al escribir el texto. Recuerda que no fue escrito en español ni en tu tiempo, así que las palabras podrían tener una connotación diferente.
Buscaremos entonces una muestra de la palabra disciplina en ambos Testamentos y estudiaremos su significado:
En la traducción en español de la Biblia podemos encontrar la primera mención de la palabra disciplina en Deuteronomio 8:5. Esta mención es la traducción de la palabra hebrea: יָסַר – yāsar. Esta palabra hebrea significa castigar, corregir o reprender, en su forma literal, con golpes; y en su forma figurada, con palabras.
En el Nuevo testamento se usa la palabra griega παιδεύω – paideuō. Su primera mención ocurre en 1 Corintios 11:32. Significa literalmente entrenar a un niño, mediante educación, enseñanza, instrucción o por implicación castigo. En Efesios 6:4 se usa la palabra griega παιδεία – paideia, que es la raíz de la palabra usada en 1 Corintios 11:32.
En ambos contextos del Antiguo y Nuevo Testamento la palabra disciplina está relacionada a la educación de los niños:
“Por tanto, debes comprender en tu corazón que el SEÑOR tu Dios te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo.” (Deuteronomio 8:5 LBLA).
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.” (Efesios 6:4 LBLA).
“Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.” (1 Corintios 11:32 LBLA).
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