¡No hay tema que no esté en la Escritura! ¿Alguna vez has sentido que alguien hace algo “bueno” (las comillas son muy validas) solo para competir contigo, contender o porque su motivación es que te envidia. Yo lo he sentido, al igual que muchos seres humanos que hemos compartido con otros seres humanos sobre esta tierra. La envidia y la competencia contenciosa (para distinguirla de la “sana” competencia – si es que tal competencia existe en el cuerpo de Cristo) son males comunes de la humanidad y sus concupiscencias. ¿Nunca te has visto tentado o tentada a envidiar o contender?