
Tenemos que entender que el primer llamado de nuestros hijos-espirituales/discípulos es estar con nosotros como los doce estuvieron con Jesús y aún Jesús tuvo uno que era diablo (Juan 6:70). Esta es la única forma en que los discípulos se convertirán en hijos que imitan a sus padres espirituales y que aprenden de ellos a imitar a Jesús. ¿Has visto como algunos ministros se parecen a sus padres espirituales o mentores al predicar? Lo que queremos es que los hijos espirituales se parezcan a nosotros no solo en nuestra manera de predicar, sino que también en toda nuestra manera de vivir.