Me mostró que mi éxito ministerial no está en cómo reacciona la gente a Su Palabra; sino en que yo oiga con mis oídos, atesore en mi corazón las palabras con que me habla y entonces hable sus palabras en su nombre: “Así dice el Señor”. Esto es mi éxito y estándar ministerial, “escuchen o dejen de escuchar”; independiente de las reacciones de la gente. Soy un embajador, no hablo ni actúo de mi propia cuenta; sino que hablo y actúo representando a mi Rey y Señor y a su Reino.